(23 de enero del 2025. El Venezolano).- Hace justo en esta fecha unos 67 años tras la caída del régimen perezjimenista por las calles de las grandes ciudades de Venezuela se podía observar a multitudes de gentes de pueblo de jolgorio. Pero, ya víctimas del izquierdismo que se venía incubando en el país desde el decenio 1940-1950, aunque reprimido por las “dictablandas”; pero, muy penetrante capciosamente, como un teredo en casi todos los estratos de la sociedad venezolana, hasta que el PCV logró desde las elecciones de 1959 ganar escaños en el Congreso Nacional y adoptar la estrategia del diputado suplente de manera recurrente a objeto de gozar de una inmunidad parlamentaria itinerante, y socavar progresivamente, las bases democráticas mediante contactos con el castrococomunismo pernicioso con miras a planificar el envío de milicianos –desembarcos por las costas de Falcón y Machurucuto-para entrenamiento de guerrilleros venezolanos (jóvenes estudiantes ingenuos que reclutaban de las universidades y hasta de institutos privados) con promesas de conquistar un país libre de las presiones del norte o gringas y en nombre de Simón Bolívar, de donde surge el tal movimiento bolivariano también ideado por Argimiro Gabaldón, herido supuestamente en los humocaros por un supuesto enfrentamiento con el Ejército de Venezuela, cuando en realidad resultase herido intencionadamente, por un conflicto de liderazgo que le discutían sus buenos camaradas, dejándole exangüe a las puertas de un hospital de la zona.
Lamentablemente, pese a la reciedumbre en la actitud de del presidente Betancourt parecía que subestimaba las informaciones de inteligencia que hacían de su conocimiento, pues era un individuo que le incomodaban las medidas de seguridad, cuyos códigos tuvieron que revisar luego del atentado en Los Próceres, -24/6/1960-.
Ínterin, los comunistas avanzaban de manera gradual y muy efectiva sobre su objetivo de ganar alguna elección, hasta la insurrección del 4-F y la asunción al poder del tcnel Hugo Rafael Chávez Frías. Ganador de las presidenciales celebradas el domingo 6/12/1998, régimen que desde poco antes de 2014 detenta el poder bajo la persona del presidente írrito Nicolás Maduro Moros y sus sudoproyectos que cacarea, como una fuga hacia adelante.
Hoy por hoy, a la vuelta de todo ese tiempo de la caída de MPJ, aunque sí hubo algunos adelantos y logros socioeconómicos con los gobiernos democráticos, durante la mal denominada IV república, durante la cual se forjó el rescate del proceso político a partir de 1959 mediante el mandato del presidente Betancourt; hoy día, nuestro país ostenta familias fraccionadas, aparte de una población en pobreza extrema y a la espera de un reajuste político tras las cuestionadas elecciones del 28-J, situación que mantiene en incertidumbre a la nación entera. Y, para colmo, con un signo monetario de hojalata; inservible por completo por lo sujeto a devaluaciones intradiarias más una carestía incontrolable de la canasta básica y productos de primera necesidad, además de unos servicios públicos precarios e inflación anualizada algo superior a un 28 por ciento. Más concretamente, un país a la deriva, que administra una cúpula ímproba e impasible, que la ha colocado en una peninsularidad extraordinaria ante casi todo el hemisferio.