(28 de abril del 2025. El Venezolano).- En sus primeros 100 días del segundo mandato, Donald Trump buscó redefinir el papel del gobierno y la posición de Estados Unidos en el mundo. Reescribió políticas comerciales y alianzas internacionales, desmanteló parte de la fuerza laboral federal con Elon Musk y tomó medidas controvertidas como deportaciones sin revisión judicial.
Le ha apuntado directamente al poder judicial, los medios, la salud pública y la cultura, intentando someterlos, y ha obtenido algún éxito sorprendente. Muchas de sus acciones las prometió durante su campaña, pero las implementó con una agresividad contundente.
Trump adora los aranceles, la «principal herramienta de la política económica» de su administración, explica a EFE Alan Deardoff, profesor emérito de política pública y economía de la Universidad de Michigan. Sin embargo, se ha visto frenado por las reacciones de las bolsas, el mercado de bonos del Tesoro y el rechazo de grandes empresarios.
Su órdago duró menos de una semana, lo que tardó la Casa Blanca en imponer una pausa de 90 días en la aplicación de la mayor parte de los aranceles que había anunciado. Solo quedan efectivos los del 25 % al acero y aluminio; del 10 % a las importaciones de casi todos sus socios; y los del 145 % aplicados a los productos chinos.
El principal foco de la política arancelaria siempre iba a ser y fue China. La efervescencia e imprevisibilidad de Trump vivió unas jornadas en las que aparecían por sorpresa aumentos de los aranceles a los productos chinos, hasta alcanzar una tasa del 145 % sobre la mayoría de bienes del país asiático.
El uso de los aranceles no tiene tampoco gran apoyo en el ámbito doméstico. Una encuesta reciente del Pew Research Center apuntaba que el 59 % de los estadounidenses rechaza los incrementos arancelarios de la administración Trump; un 15 % menciona los aranceles, y la política comercial en general, como una de las acciones que menos gustan del segundo mandato del republicano.