(25 de abril del 2025. El Venezolano).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) finalizó hoy su Reunión de Medio Año de dos días, celebrada en formato virtual, con la lectura de sus Conclusiones que abarcan los temas relevantes que afectan a las libertades de expresión y de prensa en las Américas.
A continuación, el texto íntegro de las Conclusiones:
La creciente hostilidad, el acoso y la retórica estigmatizante contra periodistas y medios informativos desde el poder se ha extendido en las Américas. En Estados Unidos, con la llegada del presidente Donald Trump, la descalificación y el intento de afectar la labor de periodistas y empresas ha llevado incluso al bloqueo informativo.
“En todos los rincones del hemisferio vemos cómo periodistas y medios enfrentan una realidad hostil: desde la violencia física hasta el acoso judicial, desde la censura económica hasta la estigmatización pública. Gobiernos autoritarios y democracias debilitadas recurren cada vez más a tácticas represivas para silenciar voces independientes”, dijo el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, José Roberto Dutriz (La Prensa Gráfica, El Salvador), en la apertura de esta Reunión de Medio Año.
La SIP ha registrado en el último semestre que hay estigmatización hacia el periodismo desde el Estado en al menos 14 de los 24 países monitoreados en la región, lo que implica que en más de la mitad del continente –entre ellos, las naciones más populosas– la denigración a la prensa es práctica habitual de gobernantes populistas de izquierda o derecha, funcionarios de menor rango, dirigentes opositores y troles en redes sociales. En todos los casos, con el claro objetivo de minar la credibilidad de periodistas y medios de comunicación que revelan hechos de interés público.
Pero la violencia verbal tiene un costado aún más serio y peligroso. De octubre de 2024 a la fecha fueron asesinados 10 periodistas por razones aparentemente relacionadas con su labor profesional: uno en Colombia, uno en Ecuador, uno en Guatemala, dos en Haití, cuatro en México y uno en Perú. Y están desaparecidos un reportero en Guatemala, uno en México, uno en Nicaragua y uno en Haití, respectivamente. Prevalece un alto nivel de impunidad ante el desinterés de desvelar quién o quiénes están detrás de estos ataques.
Este clima adverso para la prensa es consecuencia de un persistente deterioro institucional en buena parte del continente, que se traduce en la escasez o inexistencia de garantías para el ejercicio del periodismo libre. Y el debilitamiento de las libertades de prensa y expresión conlleva la dificultad para que se impulse un debate ciudadano plural y amplio, lo que afecta, a su vez, el clima democrático. Todo ello potenciado por limitaciones crecientes para el acceso a información pública en prácticamente todos los países de las Américas.
En un panel realizado en la primera de las dos jornadas de debate, Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, advirtió que la democracia no se puede dar por sentada. “Hasta las democracias más sólidas están sufriendo deterioro”. El número de países que se movieron al autoritarismo son más del doble que el de aquellas naciones que avanzaron hacia la democracia, expresó.
En otro panel, Catalina Botero, exrelatora de libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, planteó una iniciativa para generar una red social de interés público, para evitar el manejo discrecional de grandes plataformas que adolecen de transparencia y difunden desinformación. “Las cámaras de eco –dijo– premian al matón del barrio”.
A ese entorno crecientemente complejo, se suma el crimen organizado, que sigue atacando a la prensa. En Ecuador, las organizaciones criminales amenazaron a cinco periodistas y se registraron otras seis agresiones en contextos digitales.
Como consecuencia de la persecución y la violencia, en casos extremos los periodistas han tenido que exiliarse. La Red Latinoamericana de Periodismo en el Exilio (RELPEX) registró más de 200 casos de reporteros desplazados, especialmente desde Cuba, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Ecuador.
Vivir en el exilio conlleva desafíos como desarraigo, inadaptación cultural y lingüística, recursos económicos limitados, obstáculos legales, persecución administrativa y judicial y represalias contra sus familiares en sus países de origen. Y también, en los de acogida, persecuciones administrativas o judiciales provenientes de su propia nación. La SIP ha levantado la voz y extiende esquemas de apoyo.
Especialmente Venezuela ha intensificado –en el contexto político posterior a las elecciones de 2024– la persecución y criminalización contra trabajadores de prensa, con un aumento en el número de detenciones por coberturas de protestas y manifestaciones públicas.
No es de extrañar que la utilización de la vía legal contra periodistas también se incremente, mediante demandas que buscan intimidar a quienes investigan y denuncian. Esto se registra por causas ante el fuero civil, en muchos casos con reclamos millonarios, pero en muchos países también en el fuero penal, pese a que los estándares internacionales establecen que deben ser descriminalizadas las causas contra periodistas por presunta difamación.
No obstante, la embestida legal para intentar acallar al periodismo recurre también a artilugios para llevar a periodistas a la cárcel. El caso paradigmático es, en Guatemala, el de José Rubén Zamora Marroquín, fundador de elPeriodico, quien lleva más de 850 días en prisión por una irregular causa fundada en un presunto lavado de dinero. Persecuciones similares se impulsan en Perú contra periodistas que investigan a delincuentes y funcionarios públicos.
Los informes país por país presentados en la reunión de la SIP dan cuenta también de campañas de hostigamiento en redes sociales, acoso que suele dirigirse principalmente contra mujeres.
Asimismo, se advierte una intensificación de agresiones contra periodistas en coberturas de protestas callejeras, sea por el accionar de manifestantes violentos o por la represión policial.
En la otra esquina, está el permanente reto de la sostenibilidad de los medios. Y eso se abordó a detalle en un profundo análisis sobre los impactos de la inteligencia artificial. Ana Paula Valacco, de Journalism AI, confía en que los motores de IA pueden ser parte de la solución. “No debemos tenerle miedo”.
Recordemos, dijo a su vez Cristina Tardáguila, de agencia Lupa, que la desinformación no nos llevó al caos electoral que creíamos. Para estudiar ese fenómeno requerimos de IA”.
“No hay periodismo libre sin medios viables”, afirmó el presidente de la SIP. En este sentido, destacó el trabajo que la SIP viene realizando con el apoyo de Google News Initiative en el marco del Acelerador de Ingresos Digitales. “Esta iniciativa, en su segunda fase, ha beneficiado ya a decenas medios de América Latina, ofreciendo capacitación, mentoría y herramientas prácticas para fortalecer modelos de negocio, diversificar ingresos y aprovechar mejor las oportunidades del entorno digital”.
En la mañana de este viernes Miguel Angel Olivier de EFE y Julie Pace, de AP, han dado cuenta de los retos de cobertura que seguimos enfrentando. Consecuencia de eso es el creciente número de periodistas en el exilio, del que vimos testimonios.
En la jornada de cierre del encuentro, el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Carlos Jornet (La Voz del Interior, Argentina) enfatizó que “si no luchamos contra la desinformación y la intolerancia, la desinformación y la intolerancia terminarán con el periodismo, con la democracia, con el bienestar de nuestras sociedades”. Y agregó: “Sigamos trabajando para que nuestros medios sean espacios de debate y de construcción ciudadana, bastiones contra el autoritarismo, esperanza de libertad y progreso”.