(16 de Septiembre del 2019. El Venezolano).- Rodeado de miles de libros en su biblioteca, el historiador y exrector de la Universidad del Zulia, Ángel Lombardi, ofrece una mirada retrospectiva y prospectiva sobre el laberinto que atraviesa Venezuela. Firme en sus convicciones asegura que “una transición con el chavismo en el poder no será un juego limpio”. Pero tiene claro que “conciliar, reconciliar, negociar no son malas palabras en política”.
El rector Lombardi conversó con Panorama y en esta primera entrega analiza las coincidencias históricas de esta crisis con las del siglo XIX y el siglo XX, el modelo de la renta petrolera, sobre la que sin ambages asegura: “El problema no es el petróleo, ni la renta, sino quien se la roba”.
Sobre el decantamiento de la crisis venezolana advierte que “la mayoría queremos un cambio dentro de un proceso pacífico, democrático, constitucional, eso es lo civilizado, nadie apuesta a matarnos entre nosotros”. Pero deja claro que “si una no funciona se potencia la otra. No se trata de querer un golpe de Estado, una invasión, yo rechazo los conceptos de invasión y golpe de Estado, pero como historiador no puedo negar que forman parte de procesos históricos”.
¿Existe algún antecedente histórico de características similares a la crisis que actualmente atraviesa el país?
Nos ha sorprendido la situación venezolana porque tuvimos el privilegio de un siglo XX con un período muy largo de relativa tranquilidad política, estabilidad y prosperidad económica. El siglo XX venezolano fue para nuestra sociedad, para nuestro país exitoso, lógicamente, hay una explicación económica y es que a partir del año 1914, cuando se explota el primer pozo petrolero, para efectos de comercio internacional, luego después del año 1922, cuando el ingreso petrolero excede a cualquier otro ingreso de exportación, una economía próspera, donde el petróleo lo movía todo y eso permitió que la sociedad venezolana diera un salto cualitativo y cuantitativo de un siglo XIX de pobreza, atraso, guerras civiles, analfabetismo, autoritarismo, en fin, una Venezuela que tenía muchísimos problemas, nosotros quedamos arruinados después de la Independencia.
Entonces después de un siglo largo de ruina general, de pronto el petróleo permitió un crecimiento demográfico, nosotros éramos un país muy pequeño, comenzando el siglo XX no pasaba de tres millones de habitantes, la población se desplazó del campo a la ciudad, se desarrollaron las ciudades, Caracas y Maracaibo en los años cuarenta eran una aldea, a partir de los cincuenta hay un gran desarrollo urbanístico, aparecen las clases medias, modernas, urbanas, se crea un gran sistema de salubridad pública que logró erradicar enfermedades endémicas tropicales, las expectativas de vida cuando muere Gómez eran de menos de cuarenta años, de tres universidades pasamos a más de 50, en fin, el siglo XX fue muy exitoso.
Los venezolanos nos acostumbramos y creíamos que eso sería así eternamente, entonces nos volvimos cómodos, satisfechos, criticones, sabíamos que vivíamos en el mejor país del mundo. Ciertas mentes lúcidas empezaron a alertar, desde los años ochenta, de que las cosas no iban tan bien, los llamados profetas del desastre, quienes adelantaban de que iba a llegar un momento en que el modelo petrolero iba a ser insostenible, tanto el modelo de distribución, como el de acumulación de capital, entonces llegó la crisis. El lobo anunciado llegó.
Primero, tímidamente, con la elección de Chávez en 1998, ¿por qué creo tímidamente?, bueno Chávez llegó por la vía electoral y a pesar de que se tenían ciertos temores con él, por militar, autoritario, etcétera; el tipo aparentemente quería jugar el juego democrático y todavía Venezuela tenía muchos recursos. A Chávez le tocó el segundo boom petrolero, por eso la crisis venezolana se asume paulatinamente estando Chávez vivo, sin el dramatismo de los últimos seis años. Este último tiempo, coincidiendo con la presidencia de Maduro, caen los precios del petróleo, cae la producción petrolera, empieza la masiva inmigración de venezolanos y los problemas se multiplican. Llegó el momento en que la sensación que tenemos es que se nos viene el mundo encima, que es un poco el clima psicológico que en este momento tenemos los venezolanos.
Cuando tú me preguntas si esto había ocurrido otra vez, esto ocurre con frecuencia, las crisis históricas son como las enfermedades, ningún ser humano está exento de ellas, ahora, hay enfermedades leves y graves, nosotros tuvimos una gran crisis histórica en los años de la Independencia, ahora la volvimos a tener, pero cien años después. Nos sorprendió que un país con tan buenas posibilidades cayera en tan malas posibilidades, diría que las crisis son usuales en los procesos históricos, toda sociedad las vive, pero la gran novedad es que no estábamos acostumbrados a que podía ocurrirnos esto (…) Toda crisis se parece a toda crisis, pero nunca es la misma, toda crisis histórica tiene rasgos particulares.
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