Por segunda vez en poco tiempo, me veo en la necesidad de dirigirme a la opinión pública, a las autoridades competentes y a los medios de comunicación para denunciar una serie de acciones difamatorias que afectan gravemente mi nombre, el de mi hijo y el de mi familia.
Publicado por Reporte de la Economía
Desde hace meses, el ciudadano Gerardo Gil Dams (@ggild1983) ha intentado de forma persistente vincularme con una supuesta estructura delictiva que liderarían Tulio Capriles Mendoza y otros actores, utilizando una red de portales digitales y cuentas en Instagram como @noticolorado_ (ver cuenta) manejada, según el propio Gil, por “Tulito” Hernández, así como el portal @resistencia_news (ver cuenta) administrado por Gustavo Lainette.
Desde hace aproximadamente siete años, Gerardo Gil Dams ha emprendido una campaña sistemática para adjudicarme la propiedad, autoría o relación con páginas web que le pertenecen a él o a su socio. Estas plataformas han sido usadas para publicar información falsa, atacar adversarios y sacar provecho político o económico. De hecho, en fechas recientes, Gil Dams eliminó varios de estos portales, presumiblemente para evadir responsabilidades legales.
Incluso se han utilizado estas plataformas para intentar extorsionar a ciudadanos como Waldo Rujano y a un ex magistrado del Tribunal Supremo de Justicia venezolano, utilizando mi nombre sin autorización ni relación alguna.
Asimismo, es importante denunciar que desde hace años Gil Dams, en alianza con Tulio Capriles Mendoza, ha dirigido campañas de desprestigio contra diversas personas, y recientemente, han intensificado esta actividad contra la familia Villarroel Sierralta, intentando imputarme su autoría de manera totalmente falsa y cobarde.
Uno de los contenidos que me negué rotundamente a difundir, al ser enviado a mí por este grupo, fue una publicación que involucraba a la embajadora Gladys Gutiérrez, así como a Mario y Morris Villarroel, en una presunta trama de herencia (ver publicación). También han circulado nuevos contenidos como este reel, esta publicación, y este otro video, en los cuales se me pretende vincular sin fundamentos.
Frente a estas acciones, decidí llamar directamente al señor Morris Villarroel Sierralta, a quien me identifiqué plenamente, le expliqué mi total desvinculación de Tulio Capriles Mendoza y señalé a Gerardo Gil Dams como responsable de esta manipulación. Al final de la conversación, Morris me informó que el propio Capriles le habría dicho que yo controlaba ciertos portales, lo cual niego categóricamente y lo insté a presentar pruebas, si las tiene.
Horas después, fui sorprendido por un video en YouTube lleno de calumnias, amenazas y ofensas en mi contra, emitido por Wender Enrique Villalobos Padrón, sujeto con amplio historial delictivo (ver video). Este individuo no solo me difama a mí, sino que amenaza directamente a mi hijo, intentando obligarnos a apoyar figuras políticas y periodistas con los que tampoco tengo relación.
A través de este comunicado, dejo constancia pública de que no tengo ni he tenido ningún tipo de vínculo con Miguel Henrique Otero, Antonieta Jurado ni sus allegados. Las acusaciones y calumnias en mi contra carecen de toda veracidad.
Por último, informo que el pasado viernes intenté sin éxito comunicarme con el periodista Óliver Blanco para hacerle llegar esta información de manera directa.
Agradezco a todos los medios de comunicación y portales de noticias que consideren oportuno publicar este comunicado, como muestra de respeto a la verdad y la justicia.
Atentamente,
JC
Hago un llamado a todos los profesionales de la comunicación, periodistas y generadores de contenido digital a ejercer su labor con ética, responsabilidad y respeto a la verdad. En una sociedad democrática, la libertad de expresión es un derecho fundamental, pero también una responsabilidad que exige rigor y conciencia de sus consecuencias.
El periodismo, en su esencia, debe estar al servicio de la colectividad y no ser utilizado como arma para el daño personal, la extorsión o la desinformación. Que este comunicado sirva como recordatorio de que la dignidad, la justicia y la verdad deben prevalecer por encima de cualquier interés mezquino o campaña de odio.