(25 de julio del 2019. El Venezolano).- El canje del carnet de conducir venezolano en España no es un tema nuevo. En 2004, cuando Juan Guaidó apenas ponderaba la posibilidad de sumarse a la dirigencia estudiantil, y José María Aznar se enfrentaba en una inolvidable contienda electoral a José Luis Rodríguez Zapatero, la comunidad venezolana ya convocaba manifestaciones de calle pidiendo la firma del convenio bilateral. Canarias encabezaba y Madrid secundaba. Los venezolanos no superaban los 90.000.
Comunicados, firmas online y exhortos se entregaban al Gobierno nacional y a las autoridades regionales, pero las respuestas llegaban a conveniencia de encuestas y sondeos. Los intereses y las prioridades de los Embajadores -la venezolana Gladys Gutiérrez en Madrid y el español Raúl Morodo en Caracas- campaban por otros derroteros.
El primer sí
BOE canje del carnet de conducir venezolano en España El 12 de abril de 2005, la Embajada de Venezuela en España adelantaba, vía nota de prensa, la información de la firma del convenio. Rodríguez Zapatero lo confirmaba el 27 de abril y la rúbrica se plasmaba en Caracas el 16 de mayo. En junio lo aprobaba el Consejo de Ministros español y el 26 de agosto se producía la última notificación cruzada entre las partes comunicándose el cumplimiento de los requisitos internos necesarios. A Venezuela la representaba el ministro de Exteriores, Alí Rodríguez Araque, y a España, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera Sánchez-Capitán.
La oficialidad llegó el 2 de septiembre, cuando el BOE publica el intercambio de Cartas entre el Reino de España y Venezuela sobre el reconocimiento recíproco para el canje del carnet de conducir venezolano en España. La felicidad de las ya entonces 116.000 almas venezolanas en España también hacía historia.
Inmediatamente, la Dirección General de Tráfico española (DGT) envió al Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre venezolano (INTTT), el certificado digital que contenía los códigos para comenzar a realizar el proceso de transmisión de datos. Era el último paso de un protocolo que debía arrancar en enero de 2006. Pero España no sabía lo que le esperaba. Con el INTTT había topado.
El primer no
Corría ya abril de 2006 y el INTTT seguía sin responder. Un tema que estaba resuelto, se retrasaba por falta de voluntad política (venezolana), o de las claves encriptadas, que era lo mismo. Hubo que nombrar interlocutores, volver a enviar comunicados y exhortos. Paraguay y República Dominicana, que ni siquiera pensaban en firmar el canje del carnet de conducir cuando Venezuela ya había comenzado el proceso, lo acabaron antes.
Cuando las frases “en punto muerto” y “mareando la perdiz” comenzaron a ser habituales en los titulares para definir el estado del proceso venezolano, el INTTT renombró a los interlocutores. Argenis Martínez, Daniel Abdul, Nancy Rondón, otra vez Argenis Martínez y algunos otros pasaron por tan singular “cargo”, que en más de un momento quedó vacante.
El tema “revivió” cuando Rodríguez Zapatero, en la pre campaña para las elecciones Canarias, lo retomó en una comparecencia ante el Pleno del Congreso, y aseguró que “está próximo a concluir el trámite diplomático entre ambos países”. Voluntad política (española). Es que los venezolanos ya sumaban 124.000, buena parte de ellos, en Canarias.
El segundo sí
Cantábamos Opa yo viace un corrá de Koala cuando supimos que ya podíamos ingresar en la web de la DGT para pedir nuestra cita -yo entre las primeras-. El verano de 2006 batía récords de temperatura en Europa, pero no era impedimento para dejarse la piel “literalmente” en el teclado hasta que el sistema respondiera, lo entendiéramos y completáramos el engorroso formulario –el mismo que ahora-.
El “canje de permisos” –que no homologación- significa que un país reconoce la validez de un permiso emitido por otro. En el caso que nos ocupa, España reconoce el permiso de Venezuela como adecuado para conducir en carreteras nacionales -y Europeas-, al igual que reconoce el de Argelina, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Marruecos, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Panamá, Paraguay, Uruguay, Brasil, El Salvador, Filipinas, Guatemala, Serbia, Turquía, Túnez, Ucrania y Macedonia. Sin distinción ni excepciones.
Mediante este convenio, los países firmantes permiten que sus nacionales conduzcan de manera legal en otros territorios. Y de su fiel cumplimiento dependen vidas, por eso es tan estricto.
Entre los requisitos sine qua non, destacan que el titular debe tener un permiso válido y en vigor; que la fecha del permiso debe ser anterior a la de residencia; que no es necesario presentar pruebas adicionales para canjear premisos hasta la clase “B”; y que se deben realizar las formalidades administrativas establecidas en la normativa de cada Estado, tales como rellenar un impreso de solicitud, presentar un certificado médico, un certificado de inexistencia de antecedentes penales o administrativos y el pago de la tasa correspondiente.
En caso de existir dudas fundadas sobre la autenticidad de los permisos, el convenio estipula que la parte que realiza el trámite puede pedirle a la otra la comprobación de su autenticidad. También establece que, si una cambia los modelos de los permisos, debe notificarlo a la otra para su debido conocimiento con, al menos, treinta días de antelación.
Venezuela, con la firma del convenio, se comprometió también a informar sobre la autenticidad de los permisos en un plazo inferior a 8 días naturales contados a partir del día siguiente de la recepción del mensaje. Dichos mensajes, tanto de petición como de respuesta, debían ir firmados y cifrados utilizando los certificados de identidad electrónica expedidos al efecto, como garantía de confidencialidad, autenticidad y no repudio. El mensaje de petición constaría de una relación en fichero adjunto con formato texto y codificación ASCII (ISO 8859-1 Latin-1), con registros de longitud fija con carácter de fin de registro: Carácter 13 + Carácter 10.
El segundo no
Inexistentes respuestas, fallidas comprobaciones y constantes cambios en el formato (incluido un PDF imposible de verificar) durante 14 años colmaron la paciencia de la DGT, que aguantó todo lo que pudo por mantenerlo vigente, hasta que perdió no solo la esperanza de que Venezuela cumpliera la letra, sino la confianza, que diplomáticamente hablando, es peor.
“Se informa, por orden de la DGT, que a partir del 8 de junio de 2018 quedan suspendidos temporalmente, los canjes del convenio con Venezuela”. Así se enteraban los ya casi 250.000 venezolanos en España que, por negligencia de su desgobierno, perdían de nuevo otro derecho. Ese día suspenden el canje del carnet del conducir venezolano en España y la palabra «Venezuela» de la web de la DGT. Bastante más repercusión tuvo esta pérdida que la del diplomático que firmó la carta. Rodríguez Araque moría cinco meses después en La Habana, sin pena ni gloria.
Y como un déjà vu, los venezolanos volvíamos a los comunicados, firmas online y exhortos para pedir lo mismo que en 2004, pero en 2018. Los que quedaron en medio del proceso vivieron un calvario que incluyó, en ocasiones, hasta ingresar en la web de la DGT con nacionalidad alemana –por decir alguna- para poder culminarlo, mientras veían que el Gobierno venezolano, para enmendar su error, no estaba. Tampoco lo esperaban.
El tercer sí
Ecarri-y-Navarro-en-MadridEl 17 de julio de 2019, a los venezolanos en España nos volvió el alma al cuerpo. Un oficio firmado y publicado por la DGT informaba sobre la reactivación del convenio. Un año estuvo el órgano, dependiente del Ministerio del Interior, estudiando una decena de fórmulas para darle respuesta a las constantes demandas de los venezolanos en España, que ya se contaban en más de 300.000 y pedían una solución a este problema. Lejos de un capricho, el carnet de conducir -para un colectivo tan necesitado- significa una herramienta indispensable de inserción social y laboral.
El proceso necesitó, incluso, la mediación del Embajador de Venezuela en España designado por la Asamblea Nacional de Venezuela, Antonio Ecarri, que en fiel representación de su comunidad, durante tres meses puso sobre la mesa diferentes alternativas. El 12 de abril supimos que los venezolanos en España pronto volverían a canjear su carnet de conducir, después de que Ecarri se reuniera con el Director General de Tráfico, Pere Navarro. El encuentro fue determinante. Contarle personalmente el lado humano de la tragedia marcó un antes y un después en la negociación. Y así, se reactivó. Es lo que tiene la voluntad política, cuando es compartida.
El tercer no
En realidad no hay un tercer no. Ni debería haberlo. En parte, la propia comunidad venezolana en España puede contribuir a que esta historia no se vuelva a repetir. Todo tiene un aprendizaje.
Lo primero que debemos saber es que el convenio sigue siendo «el mismo», lo que ha hecho la DGT es reactivarlo, con la esperanza de que la otra parte (Venezuela y los venezolanos) lo cumpla. Colombianos, filipinos, guatemaltecos, macedonios… Todos los que lo han firmado están obligados a hacerlo, so pena de que lo paralicen por incumplimiento.
Lo siguiente que debemos saber es que el convenio es taxativo. Pretender hacer excepciones es abrir la posibilidad a que otros países también lo pretendan, y eso, es complicado. Sin embargo, toda regla tiene su excepción, y en diplomacia está demostrado que cuando hay voluntad política «compartida» todo es posible. La clave está en que, mientras la diplomacia hace su trabajo, los venezolanos debemos hacer de la prudencia y la paciencia, nuestras mejores virtudes.
Además de cumplir con los requisitos para el canje y pedir la cita para realizar el trámite, el oficio ad hoc por el que la DGT informó sobre la reactivación del convenio, señala que hay otras consideraciones que debemos tomar en cuenta: “Si existieran dudas sobre la autenticidad de la licencia venezolana, se contactará con el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico de la Guardia Civil para su evaluación e informe”, es una de ellas. En mi pueblo, esto se llama “un mensaje a García”.
Existen más consideraciones. Las llamaremos los síes y los noes del canje del carnet de conducir venezolano en España. Tomar buena nota de ellos es hacer lo que nos corresponde, mientras permitimos que el trabajo diplomático haga el suyo.
Los Síes
Sí, es canjeable el carnet plastificado emitido por el INTTT (susceptible de verificación).
Sí, el carnet debe ser original, no valen fotocopias.
Sí, debe estar vigente al momento de la solicitud.
Sí, deben coincidir los datos que aparecen en la aplicación de cita previa con los que aparecen en la licencia.
Sí, deben volver a hacer la solicitud quienes, habiéndola hecho con anterioridad, hubiesen quedado pendientes de verificación.
Sí, pueden solicitar el canje quienes tengan una licencia con fecha de expedición anterior a la de su residencia en España.
Sí, es requisito tener número de NIE o DNI.
Sí, se debe sacar el informe de aptitud psicofísica (equivalente al certificado médico venezolano).
Sí, el informe de aptitud psicofísica debe estar vigente.
Sí, el trámite se puede hacer a través de representación. El representante también debe aportar su DNI original y autorización del representado para realizar el trámite, donde exprese su carácter gratuito.
Sí, se puede pedir cita en una ciudad diferente a la de la residencia habitual.
Los Noes
No es canjeable el carnet en PDF u otro formato distinto al plastificado emitido por el INTTT (no es susceptible de verificación).
No valen fotocopias del carnet original. Ni siquiera a color.
No puede estar vencida al momento de la solicitud.
No es necesaria la verificación de las licencias a través de los consulados de Venezuela.
No deben volver a hacer la solicitud quienes, habiéndola hecho con anterioridad, ya han sido verificadas.
No pueden solicitar el canje quienes tengan una licencia con fecha de expedición posterior a la de su residencia en España.
No es requisito la presentación de la cédula venezolana.
Publicado en Venezuela Press