(08 de julio del 2019. El Venezolano).- El artista venezolano Carlos Cruz-Diez estará presente en la segunda edición de Astana Art Show 2019: Racing The Galaxy, una exposición internacional de arte que se inauguró el 4 de julio en Nur-Sultan (Astaná), la capital de Kazajstán, y que clausurará el 20 de agosto.
En la muestra, que reúne a 20 artistas internacionales, Cruz-Diez es uno de los invitados especiales con su obra Induction Chromatique Walkway, de más de 50 metros, que se exhibe entre el Palacio de la Independencia y la icónica Pirámide de la Paz y la reconciliación, obra de los arquitectos Foster and Partners.
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Además de Cruz-Diez, estarán como invitados los artistas Bill Viola, Wang Yuyang, Mentalklinik, Askhat Akhmediyarov, Aigerim Akhmetova, Joel Mearisoa, Babi Badalov, Mircea Cantor, Michelangelo Pistoletto, entre otros.
Curada por Jérôme Sans y Dina Baitassova, Racing The Galaxy es una propuesta sobre la disolución gradual de las dicotomías entre Oriente y Occidente en la era de la comunicación global y la fusión de culturas a través del arte.
Sans y Baitassova emplean el concepto de la impermanencia de las cosas en las escenas sociales, políticas, económicas y estéticas, representada en instalaciones, performances, pinturas, esculturas, videos y fotografías. Esta exposición es una forma de confrontar los diversos enfoques del arte contemporáneo.
Cruz-Diez es un artista destacado por su enfoque óptico y cinético. Entre sus ideas innovadoras ha creado lo que él denomina “intervenciones efímeras” en los espacios públicos de diversas ciudades del mundo.
Sus walkways, crosswalks o pasos peatonales en calles, paseos y plazas han asombrado a multitudes en Caracas (1975), Barranquilla (1984), Fortaleza (1986), Marsella (1989), Miami (2010), Colchester (2011), Houston (2011), Ciudad de México ( 2012), Panamá (2013), Liverpool (2014), Guatemala (2016), Los Ángeles (2017), Coral Gables (2017), Lima (2017), Metz (2018), Viena (2019), Jedahh (2019) y ahora en Nur-Sultan (2019).
Sobre el concepto de los crosswalks y walkways o pasos peatonales, Cruz-Diez afirma: “Tenemos que cuestionar la realidad y crear conciencia de que nada es estable, todo puede ser modificado. Interviniendo los espacios con inducciones cromáticas, logro que el citadino interactúe con las obras a su paso, convirtiéndose en coautor de las mismas, ya que es el observador quien hace que surjan nuevas gamas de colores mientras se desplaza. Es toda una reflexión sobre la inestabilidad y ambigüedad del color, y eso produce asombro”.
Con información de El Nacional