(04 de agosto del 2021. El Venezolano).- El 11 de julio, miles de personas de toda Cuba salieron a la calle, hartas de la falta de alimentos, productos básicos, medicamentos y vacunas para combatir el COVID-19. Fueron las primeras manifestaciones a gran escala en Cuba desde 1994, y las mayores desde que Fidel Castro tomó el poder en 1959. Los manifestantes utilizaron las redes sociales para transmitir al mundo lo que estaba ocurriendo, pero el régimen comunista cortó los servicios de Internet y telefonía, desconectando su conexión fuera de la isla.
La clave para que el régimen pudiera hacerlo fue China. Las empresas chinas han desempeñado un papel fundamental en la construcción de la infraestructura de telecomunicaciones de Cuba, un sistema que el régimen utiliza para controlar a su pueblo, al igual que hace el Partido Comunista Chino (PCC) dentro de sus propias fronteras.
Cuando comenzaron las protestas, el senador estadounidense Marco Rubio tuiteó: “Esperen que el régimen en Cuba bloquee pronto el servicio de internet y telefonía celular para evitar que los videos sobre lo que está sucediendo salgan al mundo… Por cierto, usan un sistema hecho, vendido e instalado por China para controlar y bloquear el acceso a internet en Cuba”.
Un artículo de Newsweek en el que se hablaba de los posibles vínculos de Beijing con la censura de las protestas en Cuba señalaba que los principales proveedores de tecnología de Etecsa -la única empresa cubana de acceso a internet- son todos chinos: Huawei, TP-Link y ZTE. Un informe de 2017 del Observatorio Abierto de Interferencias en la Red encontró rastros de código chino en las interfaces de los portales Wi-Fi cubanos. La organización sueca Qurium descubrió que Cuba utiliza el software de gestión de redes eSight de Huawei para ayudar a filtrar las búsquedas en la web. El papel de China en ayudar al régimen a cortar las comunicaciones durante las protestas ha puesto al descubierto una de las muchas formas en que Beijing ayuda a mantener a flote el régimen comunista cubano.
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