(26 de octubre del 2020. El Venezolano).- A propósito de celebrarse, recientemente, los 79 años del heroico campeonato que la Selección de Béisbol de Venezuela en La Habana, queremos mostrarle a las nuevas generaciones la importancia de este hecho, y recordarle a las generaciones anteriores que en este país se sigue honrando la memoria de estos grandes beisbolistas.
Queremos ser sinceros y confesarles que quisimos titular este trabajo reporteril cambiando el término “héroes” por “Avengers”, por eso de hacer más atractivo el tema para los “muchachos” que nos leen; pero no pudimos caer en esta tentación y seguiremos siendo leales a la historia, refiriéndonos a este grupo de jugadores como lo que fueron y seguirán siendo, unos héroes para todo un país.
Es bueno aclarar que este seleccionado, el primer “Vinotinto” victorioso tuvo dos grandes cerebros… Primero el periodista Abelardo Raidi, quien, según narra la historia, hizo un recorrido por todo el país para estructurar un equipo capaz de ganar el campeonato de la Serie Mundial de ese año 1941… y el estratega Manuel Malpica, mejor conocido como “El Pollo” Malpica.
Importante
Para poder seguir presentando el tema de los “Héroes del 41”, debemos aclarar que la columna vertebral del equipo lo conformaron los jugadores del equipo “Patriotas de Venezuela”, que se había coronado como el campeón de la Serie Nacional de Béisbol de la Primera División, en el año 1941. El “Venezuela” había superado al “Vargas”, que había ganado los tres campeonatos anteriores y había representado al país en la justa del año previo.
Aquel año 40 el país había asistido, por primera vez a la Serie Mundial de Béisbol Amateur, que se había organizado en La Habana Cuba. Ese evento no tenía nada que ver con la Serie Mundial que en cada octubre se efectúa en Estados Unidos, en las Grandes Ligas.
Es bueno destacar que esa Serie Mundial se había efectuado por primera vez en 1938, en Londres, Inglaterra, pero que en los años siguientes la capital cubana había sido el anfitrión.
En su primera experiencia en la justa, Venezuela estuvo muy cerca de subir al podio. La poderosa Cuba ganó el campeonato, dejando a Nicaragua en el segundo lugar, Estados Unidos en el tercero y Venezuela en la cuarta casilla. Los encuentros se habían jugado en el estadio La Tropical, escenario que vio a los antillanos ganar en 10 juegos y perder solo dos compromisos. Tras Venezuela terminaron Hawaii, México y Puerto Rico. Los hawaianos se nutrieron de jugadores japoneses y después de esa competencia no regresaron más al evento.
Se armó el trabuco
Venezuela no contó con la presencia del Capitán América, Iron Man o Hulk, pero sí lograron reunir a los mejores jugadores del país (Luis Aparicio Ortega, El Grande, no pudo ir porque ya había jugado béisbol profesional en República Dominicana, varios años antes).
Abelardo Raidi, quien cumplió funciones como Delegado, hizo algunos ajustes para que el equipo venezolano fuera más competitivo y hasta aspirante al título. Recorrió Venezuela y pudo formar un equipo blindado, que incluyó a los lanzadores Juan Francisco «Gatico» Hernández, Pedro «Buzo» Nelson, Ramón «Dumbo» Fernández, Felipe Gómez, Benjamín Chirinos y Daniel «Chino» Canónico; los receptores Enrique “Conejo” Fonseca y Guillermo Vento, los jugadores del cuadro fueron Luis Romero Petit (en la 3B), José Antonio Casanova (fue el SS), Dalmiro Finol (como el 2B), José Pérez Colmenares (en la 1B) y Atilano Malpica (como el utility); los jardines eran patrullados por Jesús “Chucho” Ramos, Héctor Benítez “Redondo”, Francisco “Tarzán” Contreras y Julio Bracho (quien también era lanzador).
En la labor de conformar “el trabuco” venezolano, el joven Raidi contó con el apoyo de Herman “Chiquitín” Ettedgui y Juan Antonio Yánez “Yanesito”. Igualmente ratificaron a Manuel “El Pollo” Malpica como el estratega de la selección, toda vez que venía de dirigir al “Venezuela”, conjunto con el que se coronó en Venezuela.
Raidi, con apenas 27 años, entre las estrategias que realizó debemos mencionar que visitó el estadio La Tropicana y notó que en el cuadro interior ese terreno contaba con grama, de allí ordenó preparar el infield del estadio de El Paraíso, en Caracas, siendo este el primer campo de béisbol en Venezuela en contar con césped en la parte interna de su terreno. Así logró que los jugadores venezolanos se adaptaran a esa “novedad”.
La hazaña
El seleccionado jugó varios choques de preparación, en el estadio de El Paraíso. Luego el equipo zarpó del puerto de La Guaira y llegó a Cuba para tomar su participación en el importante evento.
Raidi formó parte de la comisión que organizó el calendario del campeonato. Esa comisión la encabezaba el coronel cubano Jaime Mariné, recién designado el primer Presidente de la Federación Internacional de Béisbol.
Por la destreza del periodista Abelardo Raidi, Venezuela se enfrentó primero a las selecciones débiles, para luego chocar contra las más contundentes. Pero Raidi sabía que para ser campeón le tenía que ganar a todas, pero ese calendario le permitiría al equipo ir aumentando su nivel anímico, ese que se fortalece a través de las victorias.
El 27 de septiembre de 1941 Venezuela venció a El Salvador con pizarra de 8-2, con triunfo desde el morrito para Benjamín Chirinos. En su siguiente juego Venezuela aplastó a Puerto Rico 12-1, con el primero de los cinco juegos completos lanzados por “El Chino” Canónico. Luego derrotó a México con marcador de 5-2, igualmente lanzando Canónico; repitiendo la pizarra de 12-1 en su siguiente salida, esta vez ante USA, contando con los envíos de “El Gatico” Hernández. La siguiente víctima de Venezuela fue el fuerte equipo de Panamá, y Canónico también los dominó con marcador de 7-2 y luego el derrotado fue el fuerte equipo de Nicaragua por blanqueo 6-0, con dominio del zuliano Domingo “Taciturno” Barboza.
Ya con seis triunfos, Venezuela llegaba invicta a los dos últimos compromisos del calendario… Faltaban los dos equipos más fuertes: República Dominica y el anfitrión y campeón Cuba.
Ante los quisqueyanos Malpica sube en la lomita al “Taciturno” y le preserva a Cuba a su brazo más sólido, “El Chino” Canónico. Ante Dominicana caen con pizarra de 4-2 para dejar un registro momentáneo de seis ganancias y una derrota (asistieron nueve equipos). Solo faltaba chocar contra el favorito y campeón defensor Cuba, que se mantenía invicto. Como las condiciones del evento era un todos contra todos y el campeón se definiría por el mejor registro, si Cuba ganaba mantendría su corona, mientras que Venezuela se quedaría con un honroso subcampeonato… Pero este equipo sabía que estaba para más, y por eso fueron con todo ante los anfitriones.
Es así que contra todos los pronósticos posibles, la selección venezolana venció a los cubanos con pizarra de 4-1, con un magistral “Chino” Canónico que dominó a placer a los anfitriones, lanzando su cuarto juego completo del evento.
El registro de ambos equipos quedaba en 7-1 y tenían que definir un campeón en un encuentro extra, que por cierto no estaba programado.
Digno de una película
A pesar de la distancia y la poca tecnología que existía en esa época, la noticia llegó al país y los medios de comunicación comenzaron a hablar de una “hazaña”. En Venezuela había un motivo para celebrar, no aplicando un sentido de conformismo, sino que la selección criolla había derrotado al fuerte equipo de Cuba. Razón suficiente como para considerar el viaje de los venezolanos como todo un éxito.
Mientras que el entonces presidente de Venezuela, Isaías Medina Angarita, les enviaba palabras de felicitaciones a todo el equipo, sugiriéndoles que se vinieran de una vez (tal vez pensando en conformarse con un título compartido, porque si ganarle una vez a Cuba era difícil, hacerlo dos veces era más complicado), allá en La Habana había una gran disputa para definirse el desenlace de esa Serie Mundial, porque el equipo patrio no quería venirse con “media corona”. La querían completa.
Los venezolanos, es decir, el hábil periodista Abelardo Raidi, luchó para que el juego definitorio se realizara el día 22 de octubre, porque le permitiría descansar el brazo de Canónico, quien había completado sus cuatro compromisos. Así que se definió que el 22 de octubre sería la fecha del gran juego final. Por Cuba estaba anunciado el sólido brazo de Conrado Marrero.
El cuerpo técnico de Venezuela lo conformaron el mánager Malpica y el coach José Rodríguez, “Joseíto”. Raidi los reunió y entre los tres buscaron la estrategia para vencer al “invencible” equipo cubano. La estrategia era aprovecharse de la debilidad de Marrero, quien era un serpentinero que en los inicios de sus trabajos monticulares era más vulnerable, porque mientras iban sumándose las entradas, se iba poniendo más difícil para los bateadores.
La tarea la cumplieron porque en el propio primer inning le fabricaron tres carreras, lo que parecía un buen “colchón” para “El Chino” Canónico. De hecho, esas tres rayitas fueron suficientes para el equipo. Cuba solo le pudo anotar una vez al lanzador criollo y la pizarra final terminó 3-1.
Es bueno destacar que el juego se definió en la sexta entrada, porque Cuba tenía corredores en segunda y primera, con un solo out. Dos jugadores zulianos resultaron los “salvadores” del juego, cuando ante un fuerte batazo por la esquina caliente, Luis Romero Petit lo capturó, pisó la base y lanzó al camarero Dalmiro Finol, quien retiró en segunda al corredor de la inicial. De haber seguido ese batazo, las cosas se habrían complicado para Venezuela; pero se logró frenar el avance de Cuba y con ello, prácticamente, se selló la ganancia criolla.
Datos importantes
La cuota de zulianos en el equipo patrio fue integrada por Domingo “Taciturno” Barboza, Ramón “Dumbo” Fernández, Benjamín Chirinos, Enrique “El conejo” Fonseca, Guillermo Vento, Dalmiro “El ovejo” Finol, Luis Romero Petit y Francisco “Tarzán” Contreras.
Tras esa corona, Un multitud de varios miles de personas recibieron en el puerto de La Guaira a sus “avengers”, perdón, a sus héroes, que lograron lo impensable, ganarle a Cuba dos veces y traerse el título de la Serie Mundial de 1941, en la que se dieron cita las nueve mejores novenas del planeta… y Venezuela quedó a la cabeza de esa lista.
Estos héroes encendieron la flama de la pasión del venezolano y de allí en adelante en el país, el béisbol pasó a sr el pasatiempo preferido de los venezolano, porque, además, se comenzó a gestar lo que hoy en día es el circuito deportivo profesional más fuerte del país, como lo es la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, la LVBP, que nació cinco años después, pero cuya gestación se comenzó a dar tras la hazaña de ese año 41.
Por supuesto, Daniel “El Chino” Canónico, con sus cinco juegos completos fue el jugador más valioso; pero es bueno destacar que el equipo contó con dos grandes cerebros, como ya lo indicamos, el joven Abelardo Raidi y el mánager, el carabobeño Manuel “El Pollo” Malpica.
Por eso honramos hoy a esos “Héroes del 41”, orgullos de Venezuela y el mundo.