(24 de noviembre del 2022. El Venezolano).- Hay quien piensa que basta con agradecer y eso es importante. Pero es más poderoso el sentarse y compartir en comunidad y dar Gracias: a Dios, a la Divina Providencia, en el nombre del profeta, desde donde provenga nuestra fe: Moisés, Jesús, Ala, Buda.
Ya somos ocho mil millones de almas compartiendo la tierra de todos. Todos con familias, costumbres, creencias y opiniones, pero también con carencias, necesidades y dolencias. Que nos tomemos un día para dar gracias, en comunión con nuestros hijos, nietos y familiares y con alguno que otro de nuestros ocho mil millones de vecinos, es importante. Agradecer es liberador, hacerlo unidos, implica una dosis de perdón que es muy poderosa sobre todo si viene desde la humildad.
Ese Dios, omnipotente, omnipresente y omnisciente, en el creemos, también habita nuestro ser, que con humildad, en comunidad y con mucha fe da GRACIAS. Como dice Chico Buarque en su versión Willie Colón: creer o no y a veces hasta creer llorando. Creer juntos con humildad, agradecimiento y perdón, es la consigna. Recordemos a Mateo 10:20: “Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros”.
¡GRACIAS!