(24 de marzo del 2022. El Venezolano).- El 7 de marzo de 2022, la comunidad del barrio El Río, en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, amaneció conmocionada al conocer que un vecino del sector -Rolando Antonio Ibarra Contreras, de 39 años- cometía abuso sexual contra sus cinco hijos: cuatro hembras con edades comprendidas entre los 9 y 11 años de edad, y un varón de 5 años.
Los funcionarios policiales informaron que Rolando Ibarra abusaba sexualmente de las niñas más grandes y cometía actos lascivos con los más pequeños. La madre tenía conocimiento de los hechos, pero en ningún momento denunció los abusos y le indicó a sus hijas que no dijeran nada para no causarle problemas a su padre.
Ambos sujetos fueron entregados al ministerio público.
Esta es solo una de las noticias de abuso sexual que se han conocido a través de los medios de comunicación: lamentablemente, estas informaciones se han convertido en algo cotidiano.
Oscar Misle, director del Centro Comunitarios de Aprendizaje, Cecodap, durante una entrevista concedida a El Estímulo, informó que los casos de violencia sexual entre los niños, niñas y adolescentes venezolanos han aumentado considerablemente, especialmente en la época de cuarentena por la pandemia y todavía se mantienen en ascenso.
Señaló que en Cecodap decidieron abrir recientemente una consulta para las víctimas de abuso sexual. Hasta el momento solo ofrecían servicios gratuitos de psicología para tratar los problemas de conducta, pero cuando trabajaban con los pacientes descubrían que habían sido abusados.
Misle advirtió que a pesar de la cantidad de casos de violencia sexual que ocurren en Venezuela se oculta la denuncia, especialmente si las personas afectadas no tienen los recursos y no conocen los canales regulares para recibir asesoría legal.
“Este tipo de delitos se guarda, se esconde, pues se relaciona con la sexualidad y existe todo un tabú con este tema. La situación no es nueva, pero se ha agudizado considerablemente”, dijo Misle.
Reiteró que 80% de los delitos de abuso sexual son cometidos por personas conocidas, familiares, amigos conocidos.
“Las víctimas se ven obligadas a convivir con sus victimarios, que utilizan el abuso de poder para someterlos y así satisfacerse sexualmente. En nuestras consultas venían solicitando apoyo pacientes que presentaban síntomas de depresión, angustia, llenos de temores ansiedad, y al final todo era producto de la situación que estaban viviendo de abuso sexual”, explicó el coordinador de Cecodap.