(09 de septiembre del 2021. El Venezolano).- La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha dicho que «el impacto de la pandemia es menos duro», pero ha advertido de que la variante delta podría retrasar la apertura total de la economía.
Lagarde afirmó en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno que la economía de la zona del euro repunta claramente, pero el ritmo de mejora dependerá de la evolución de la pandemia.
El Consejo de Gobierno BCE ha decidido por unanimidad reducir en el cuarto trimestre el ritmo de las compras semanales de deuda de emergencia frente a la pandemia, respecto a los dos trimestres anteriores, porque han mejorado las condiciones de financiación.
La economía de la zona del euro mantiene la recuperación y la inflación sube. De hecho, el BCE ha revisado notablemente al alza sus pronósticos de crecimiento e inflación para este año
La entidad compra actualmente unos 80.000 millones de euros al mes a través de este programa de compras de deuda, que tiene una dotación total de 1,85 billones de euros.
De momento, el BCE no ha dicho en qué medida va a reducir el ritmo de compra de deuda los últimos meses del año y ha hecho hincapié en que no reduce los estímulos, sino que recompone las compras de deuda, para dar garantías a los mercados de que mantiene apoyos monetarios suficientes.
La variante delta
«La propagación de la variante delta no ha requerido que se vuelvan a imponer medidas de confinamiento, pero podría ralentizar la recuperación en el comercio global y la reapertura completa de la economía», dijo Lagarde.
«La fase de rebote en la recuperación de la economía de la zona del euro avanza más. Se espera que la producción vaya a superar su nivel anterior a la pandemia a final del año», apostilló Lagarde.
«Con más de 70% de los adultos europeos vacunados completamente, la economía se ha abierto en gran medida, permitiendo a los consumidores gastar más y a las empresas aumentar la producción», según la presidenta del BCE.
El aumento de la inmunidad al coronavirus significa que «el impacto de la pandemia es ahora menos duro», pero «la propagación en todo el mundo de la variante delta podría retrasar la reapertura completa de la economía», añadió.
El BCE considera que la reciente subida de la inflación, que en agostó llegó a 3%, va a ser «en gran parte temporal».
La entidad prevé que la inflación subiré más en otoño y que caerá el próximo año.
La inflación sube por el fuerte aumento de los precios del petróleo desde mediados del año pasado, que Alemania haya vuelto a elevar el IVA y que la escasez de materiales presiona al alza los costes de producción.
Pero el BCE espera que a lo largo de 2022 estos factores se reducirán.
Lagarde hizo hincapié en que, pese a que las previsiones de inflación se han revisado al alza, prevé que «la inflación a medio plazo se sitúe bien por debajo del objetivo de 2%.
El BCE pronostica que la economía de la zona del euro crecerá este año 5%, (frente a 4,6% que había pronosticado en junio) en 2022 4,6% (4,7% ) y en 2023 2,1% (2,1%).
El BCE pronostica también una inflación de 2,2 en 2021 (1,9 % pronosticado en junio), de 1,7% en 2022 (1,5%) y de 1,5 % en 2023 (1,4%).
La inflación subyacente, que descuenta los alimentos y la energía porque son más volátiles y a la que el BCE también presta atención, será de 1,3% en 2021, de 1,4% en 2022 y de 1,5% en 2023, por lo que estas cifras también se han revisado al alza respecto a los cálculos de junio.
Todavía queda camino que recorrer antes de que se haya superado el daño a la economía que ha causado la pandemia.
«Todavía hay más de dos millones menos de personas con empleo que antes de la pandemia, especialmente entre los jóvenes y los menos cualificados», según Lagarde.