(07 de septiembre del 2021. El Venezolano).- Una fría mañana de febrero de 2017, un alto científico chino de 50 años llamado Yuan Zhiming mostró a Bernard Cazeneuve, entonces primer ministro francés, el nuevo laboratorio de patógenos de alta seguridad de Wuhan.
Construido con ingeniería francesa, era el primer laboratorio P4 de China, y uno de las varias docenas en el mundo con esa designación de máxima seguridad. Yuan, el director del laboratorio, había trabajado más de una década para hacerlo realidad.
Yuan y sus colegas del Instituto de Virología de Wuhan (WIV, por sus siglas en inglés) esperaban poder ayudar a evitar otra catástrofe como el brote de SARS de 2003, que avergonzó a Beijing y provocó la destitución del ministro de Sanidad.
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